La mate por un Yogurt

Buenas Noches...

Dudo que el título de este topic tenga alguna relacion con lo que escribiré, pero es muy llamativo, lo suficiente como para que lo esten leyendo ahora.

Hace un tiempo atras, durante mi funesto (pero a la vez espiritualmente catalizador) servicio militar, vivi muchas penurias... cosas que no vienen al caso y las cuales solo no relato por no aparecer como "oh...el tipo este se esta luciendo/comando y ---/etc etc etc.". dentro de tantas situacion tragicómica que viví, existieron unos pocos hechos que me resultaron bastante impactantes, no por espectacularidad(quien no haya detonado alguna vez 150kg de TNT no sabe lo que es espectacularidad e_eU), sino que por su humana simpleza, lo que podria llegar a considerarse "notable", en el marco en que se dieron.

Los soldados por lo general, son tipos bastante "admirados", tanto por los niños como por las "niñas"(...). Cada vez que salia de franco -dia libre- era normal ver como los niños quedaban asombrados y entusiasmados con la idea de usar ese uniforme... y es que quien no soño alguna vez con ser un soldado y luchar y jugar "a las guerras" (...)

Fue en una tarde, en que iba de regreso al regimiento, acompañado de uno de mis compañeros de escuadra. Era un dia normal como cualquier otro. Tenia que subir por el mismo camino de siempre, un empinado cerro con infinitos escalones que eran terribles cuando se estaba atrasado y no quedaba otra mas que correr a toda prisa para evitarse problemas con la guardia. Iba cerca de la mitad del camino cuando ví unos niños jugando en uno de los descansos de los escalones. No les presté mayor atención, era usual ver niños ver correteando por ahí, y más con el buen tiempo que habia en Punta Arenas en esos días.

Derrepente, uno de los niños se acerco corriendo hacia mi, y yo pensé que iba a chocar conmigo, por lo que hice el ademán de esquivarlo, pero noté que en efecto venia hacia mi con algo en las manos. Cuando estuvo frente a mi, me miró y simplemente dijo "hola!"... Yo le respondí con otro simple "Hola!" y solo atiné a sonreír, fue entonces cuando estiró su brazo y me entregó lo que tenia su mano, lo cual recibí aun sin saber lo que era.

Cuando me entregó el papel, soltó un "Adiós! y se alejo corriendo escaleras arriba. Deduje que tenia no mas de 5 o 6 años, pero tenia bastante energía para su edad. abri la mano, y tenia un pequeño papel de cuaderno el cual habia sido recortado a mano. Estaba un poco arrugado pero se mantenia como habia sido originalmente doblado. cuando lo abrí, no pude contener mi sorpresa: no habia nada sino una carita felíz dibujada con lápiz mina y un muy mal escríto "Hola" debajo...

Quede realmente atónito, pues jamas habia sido testígo de algo así.. algo tan simple y a la vez tan lleno de... desinterés?... solo atine a guardar el papelito en mi billetera, y colocarlo en un envase de laminillas de menta... sin querer se convirtió en uno de los recuerdos que mas añoro... es una de esas cosas que las muchachas llaman "tiernucho".. pero yo puedo decir que de alguna manera fue algo emocionante, superando cualquier otra cosa que pudiese yo haber vivido aquel año, en aquella ciudad... a la que espero nunca volver.